Seguir...

Sigo por aquí. Sigo poniéndome nerviosa en el trabajo. Con el tiempo que llevo explicando cosas. Parece mentira. Sigo soñando con dejar la ciudad y el ruido. Y sigo con Él. Aunque ya no por mucho tiempo. Porque esto no puedo seguir así. A veces, seguir es tirar la toalla del cambio. No quiero que eso ocurra, así que estoy ensayando maneras de dejar de seguir. El problema es que soy muy dramática y mis ensayos son todos como pequeñas tragedias imposibles de seguir sin que me entre la risa. Me encanta complicarme la vida, incluso virtualmente. Cuando llego a este punto, además, no sé como seguir...

To be continued

 

Kira 

Cinq fois deux (5 x 2)

En español, 'Cinco veces dos'. Cinco fragmentos de la vida de una pareja, pero contados empezando por el final, o sea, por el divorcio. Es una película de François Ozon que me gustó. Y no sólo porque las cosas acaban como empiezan. Estoy escuchando la banda sonora y me encanta. Tengo debilidad por Paolo Conte.

 Kira

 

Ser y estar

Sólo era cuestión de cambiar de punto de vista... o, mejor dicho, de auxiliar. Me ha costado un tiempo entenderlo. No era yo la que tenía que SER en su vida después de haber estado en ella durante tres años y medio. Era Él el que tenía que ESTAR en la mía después de haber sido todo este tiempo...

Kira

Pausa de agosto

No me he ido. Al contrario. He regresado al mismo punto de los últimos tres veranos, a la misma pausa de cada mes de agosto, cuando Él se agobia con sus responsabilidades (léase hijos) y yo con su indecisión (léase pasar por el juzgado). Y aquí sigo, esperando a que llegue setiembre y me engulla en la misma perversa inercia de siempre. O sea, reflotar sentimientos después de un mes de inmersión en la locura amorosa virtual. Porque si voy por la calle y veo a alguien que me interesa, en general, va caminando en dirección opuesta. Pero si me encuentro a ese alguien en la red, resulta que no sólo caminamos en la misma dirección sinó que venimos del mismo sitio. Es lo que tiene la virtualidad, que siempre encaja con lo que quieres... hasta que te das de bruces con la realidad. O con el mes de setiembre.

Kira

ps. La imagen es de una escultura de Marici Bross.

Frío

Dicen que el calor trastorna, pero el frío también. No hay más que ver cómo está la política estos días. Por si fuera poco, el otro día, en el metro, me agredió una chica. Juro que sin razón alguna. Y el día 16 tengo que hacerme una prueba que me tiene angustiada. Y no se lo he dicho a mi no-relación. No sé por qué. Y he decidido que el año que viene me voy, me vuelvo a mi país. El frío trastorna, definitivamente.

Kira

'Sache que je'

Le ha costado dos años y ocho meses verbalizarlo. Ayer, por fin, lo dijo. Sostuvo mi mirada unos segundos y empezó: ''Tienes unos ojos preciosos''. Luego soltó un ''t'estimo molt'', en medio de una larga frase con el obligado 'pero'. Siempre hay alguno. Pero no suena tan mal después de una declaración, aunque siga describiendo una no-relación.

Kira

Ps. El título del post viene de una canción de J.J Goldman.

Otoño

Setiembre es un mes arbitrario. Después de las vacaciones y de las locuras estivales, todo tiene que volver a su cauce, a su ritmo, a su tiempo y lugar. Entonces es cuando las tonterías conscientes se vuelven demasiado trascendentales, sobre todo si siguen apareciendo en el messenger cada vez que te conectas. Setiembre es un mes nefasto. Y sin darte cuenta, llega el otoño, aunque no se note en la temperatura ambiente, y los días más cortos de octubre te recuerdan que sigues en el mismo punto, sólo que con un año más. Así que decides declararte en huelga sentimental...

Kira

Abierto hasta medianoche

Estoy de vacaciones, por fin, después del calor y en medio del paréntesis relacional que sigue la misma conversación trascendental de los últimos dos veranos con mi no-relación. La cosa es que quiere más tiempo, sigue sin decidirse y me cuenta mentiras. A veces es horrible tener tanta memoria y recordar los detalles más tontos, que son los que hacen que, en algún momento, las excusas se conviertan en no-verdades. En esos momentos de revelación es cuando sufro ataques agudos de "no-puedo-más-con-esta-situación" que, según como, se intensifican con el síndrome premenstrual y el prevacacional juntos. Cuando se me pasan, después de una terapia intensiva de lectura, cine y compra compulsiva, necesito poner orden, entender lo que siento y pienso, así que cuelgo el cartel de 'cerrado por inventario'. Este verano, sin embargo, he variado la terapia y, de momento, el cartel dice 'abierto... hasta medianoche'...

Kira

Estadísticas y calor

Odio formar parte de las estadísticas, de esas que dicen que el 66% de los blogs no se actualizan al cabo de unos meses. Así que aquí estoy de nuevo, sin nada nuevo que contar, excepto que tengo más vecinos ruidosos (al de debajo tuve que ir el otro día a decirle cuatro cosas a las 3h de la madrugada, com moño y gafas, salto de cama y pantalón corto, para atenuar el punto sexy de la bronca); y que sigo con mi no-relación de más de dos años, no sé si por aquello de más vale malo conocido que bueno por conocer; y que trabajo todo el mes de agosto, y que ¡¡¡qué calor hace!!!

Kira

Gramática de las relaciones

Tengo una crisis gramatical. Desde hace unos días, la diferencia entre auxiliares y copulativos se me hace insoportable. Después de dos años y dos meses, sigo ESTANDO en su vida sin SER nada en ella. Y no creo que se trate sólo de una cuestión de concordancia. Hay algo más, que no sé si tiene que ver con el sujeto (Él), con la conjunción (de descoordinación) o con el tiempo (primaveral), pero que me descompone el discurso amoroso. Necesito un cambio... o un gramático.

Kira

De boda

Bueno, pues ya está. Ya son marido y mujer. Me pondré ahora por fin a hacer todas las cosas que tengo pendientes o voy a seguir remoloneando delante de la tele y el ordenador? Esto no puede ser. Si es que soy de lo peorcito. Con lo exquisita y prepotente que era yo tan solo hace unos añitos, en mi adolescencia, y lo petarda que me he vuelto. Me había jurado que no vería nada de la boda y cuando me he dado cuenta, estaba sentada a lo indio, con las piernas cruzadas, en el sofá, en pijama, con el mando de la tele a un lado, con una galleta el príncipe de chocolate -abierta, para comerla siguiendo las intrucciones oreo-, en la mano izquieda y saludando como el rey con la derecha. Sí, en serio, no miento. Cuando mi lengua se ha retirado del chocolate y he girado levemente la cabeza, de reojo he visto que mi mano derecha temblaba como la del rey, en un ligero y bastante ridículo saludo. Qué me pasa, doctor?

June

Media de lluvia

Esta mañana llovía pero he salido de casa con falda, tacones y medias de lycra con silicona antideslizante que se ha deslizado por mis muslos cinco minutos después de haber pasado por la puerta, armada con el paraguas, el periódico y un bolso en el que se me ha olvidado meter un kit de supervivencia. Ante la urgencia deslizante, he entrado en una tienda de ropa en la que un amable señor ha venido inmediatamente a preguntarme si podía ayudarme. Supongo que porque iba como cojeando, con una mano ocupada con los bártulos y la otra sujetando la falda y la dichosa media. "Es que se me cae la media". "¿Cómo? Ah, medias..." "No, LA media, la izquierda. Me la tengo que quitar". Y me la he quitado, entre los piratas y las camisetas de tirantes y ante la atónita mirada del dependiente. He salido de la tienda con una pierna de lycra y la otra de piel... mojada. Afortunadamente, unos metros más allá he encontrado una mercería, con medias de lycra y una dependienda sorda y afónica, con la que al final he conseguido entenderme. Por la tarde he ido a trabajar con pantalones y zapatos planos. La lycra no pega con la lluvia.

Kira

Una rosa es una rosa

23 de abril, Sant Jordi. Esperaba que me la regalara, aunque era consciente de que salía de una guardia de 24 horas y de que tenía que dar clase hasta la tarde, pero deseaba que encontrara un momento para comprar la Rosa, con mayúscula. Me di por vencida a las 22h y desaparecí hasta el día siguiente. Encendí el móvil tarde, casi a mediodía, a 50 km de la ciudad, y me asaltó medio mensaje con media disculpa. El domingo me llegó la otra media y hoy la promesa de un desayuno en toda regla esta semana. Espero que incluya flor. Una rosa es una rosa.

Kira

Cosas

La vida tiene estas cosas. Después de la tristeza, la alegría ZP y, luego, una tortícolis que me ha dejado torcida hasta hoy, que he notado el bajón premenstrual y, a la vez, la revolución primaveral. Las hormonas tienen estas cosas.
Ayer, me crucé en el messenger con mi filósofo virtual, mientras le daba golpecitos a mi radio en forma de ratón para que se le aclarara la voz al locutor. Me preguntó por mis cosas y no supe si hablarle de política o de hormonas. De repente, el locutor recuperó el tono y la cadencia radiofónica y el ordenador pilló tortícolis. La informática tiene estas cosas de la vida. Reboot.

Kira

No hay palabras...

... para expresar tanto dolor. NO a la violencia.

Kira y June

Incógnita

No sé lo que está pasando y eso me puede. El silencio me mata, sobre todo después de momentos intensos, aunque, para algunos, sea la mejor opción cuando no hay respuesta. Me mata porque tengo tendencia a llenarlo con toda clase de explicaciones plausibles y absurdas a la vez. Imagino que el día X dije o hice algo en un momento Y que desencadenó una reacción Z. O peor, que mi reacción Z a un momento Y, sin importancia, anuló la posibilidad de más días X. Las ecuaciones no son lo mío. La paciencia, tampoco. Sólo necesito que me diga si está pasando algo que debería saber. Sí o no. A veces soy tan binaria como las actitudes contra las que me rebelo.

Kira

Ruidos

Hoy en día, las paredes son tan finas que las vidas ajenas invaden tu intimidad y tu placer acaba penetrando en el apartamento de al lado. A mi vecino, le ha dado por emular a Bob Dylan y los Beatles y me despierta cada día con acordes de guitarra y una voz quebrada. Ayer, cambió su cantata matutina por un concierto nocturno que se coló en mi ‘soirée’ de pizza y champán con mi no-relación y se prolongó más allá de las 5h de la madrugada y del repertorio ‘revival’ con el que empezó. ''Se oye todo'', me dijo Él mientras nos mirábamos, nos reíamos, nos acariciábamos y nos desnudábamos. Esta mañana, al cruzarme a mi musical vecino por la escalera, me he sonrojado.

Kira

Dies horribilis o uno de esos días

Mi Oregon Scientific ha sido el primero en sufrir las consecuencias de la conjunción astral contraria a esta aries dragón fuego. Creo que he oído antes cómo se ha desmontado en el suelo que la alarma que me ha despertado.Y después ha caído el móvil en el salón. Y después el champú sobre mi pie en la ducha. Y después de apagar el grifo, he caído yo. He caído en la cuenta que no tenía toalla. ¿Hay algo peor que ducharse un frío día de invierno y tener que cruzar desnuda la casa para coger una toalla? Y la lista de desgracias continúa. He perdido el metro y al llegar a la oficina he manchado el bolso con pintura nada más atravesar, literalmente, la puerta. Atravesar porque la puerta no tiene cristal, que estamos pintando y redecorando. Pero el súmmum de mis desgracias estaba por llegar. En mi segundo trabajo (sí, yo practico el pluriempleo), he cogido mi boli, mi favorito, mío, que llegó conmigo hace un año a la empresa y suelo guardar en un cajón, y lo he acercado a mi cara, porque así es como yo pienso, no con el dedo en la frente, sino con mi boli cerca, y he notado que algo andaba mal, algo me olía mal. Me lo han mordisqueado! Han vejado a mi boli!

June

Elegir

Días de angustia vital. Me ha llevado tiempo decidirme. He dicho no a mejor sueldo y condiciones de trabajo y sí a lo que me ha costado tantos años descubrir de mí misma. He dicho no a trabajar en algo que no me gusta y sí a disfrutar con lo que hago, creciendo como persona, aunque con menos dinero. Dicen que cada elección implica una renuncia. A veces algunas se convierten en afirmaciones de un@ mism@, aunque para otros suenen equivocadas.

Kira

Ser y estar

Esta mañana, me he tropezado con mi pasado fotográfico, tal vez porque he salido de casa pensando que era su cumpleaños. Y, de repente, me ha parecido que la diferencia semántica entre ser y estar se multiplica con el tiempo y la distancia. Seguía siendo él, el que me enseñó a mirar de otra manera a través del objetivo y a pintar con luz; pero estaba diferente. O puede que fuera yo la que no era la misma a pesar de estar igual, según él. Nada permanece, aunque a veces se repita...

Kira